-
Arquitectos: Juan Pablo Dorado, Oficina Suramericana de Arquitectura; Juan Pablo Dorado, Oficina Suramericana de Arquitectura
- Año: 2014
-
Fotografías:Tomas Botero
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La comunidad indígena es conocida como Puerto Jagua, a orillas del río Chorí en inmediaciones del poblado de Jurubira que a su vez pertenece al municipio de Nuquí, Chocó en la costa pacífica colombiana.
Los pobladores de Puerto Jagua son conocidos como Emberá Dobida lo que significa "gente de río". Es un pueblo que históricamente se ha asentado en torno a estos cuerpos de agua, que son fundamentales no sólo por la cantidad de recursos que brindan, sino porque son vías de transporte y lugares con gran significado cosmogónico. Su origen mítico es una playa del río Baudó y actualmente están asentados en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Caldas, Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba, Nariño, Putumayo, Risaralda y Valle del Cauca. Su lengua es una división de la familia lingüística Chocó.
La propuesta surge de reinterpretar el hábitat indígena con el fin comprender y desarrollar sus formas tradicionales de vida haciendo un análisis de elementos físicos, biológicos y socioculturales propio de la comunidad, con esto se logra entender su cultura y su cotidianidad.
Entendiendo esto, el nuevo asentamiento prevé primero la disposición del edificio más importante en la parte más alta del sitio, creando a partir de esto un paisaje lineal de eventos; la estructura misma se entiende como una superficie elevada que genera pequeñas acciones como reunirse, dormir, comer, etc y dicha plataforma es concebida como un elemento protector ante las inundaciones en la temporada de lluvias, pero siendo este un elemento muy sutil que aprovecha los niveles, alturas y el cual se pierde en la vegetación generando así un mínimo impacto.
La estructura portante se entiende como un elemento esbelto y sutil que pierde proporción al encontrarse con el tambo principal, dándole además de sus tres más importantes cualidades como proporción, accesibilidad y referencia visual, una plataforma que lo hace protagonista en el nuevo asentamiento.
Todos los tambos secundarios se disponen a una mayor altura que la plataforma elevada para así generarle al turista la misma experiencia que se produce al ingresar a las viviendas de la comunidad Embera.
Todos los tambos de alojamiento esta acompañados por un tambo de proporciones menores que hace alusión al espacio de encuentro y reinterpreta la tipología de habitabilidad de la comunidad.
“Un proyecto que nace desde las entrañas de la selva, por y para ellos, los Indígenas, una experiencia donde se funde el conocimiento ancestral y las técnicas de hoy, una incursión en un territorio nuevo, donde lo básico es la verdadera forma de vivir.
Irrumpir y romper rutinas para lograr un proyecto de Comunidad, una vivencia de vida donde el trueque de conocimientos no solo fue profesional sino personal. Enseñar y aprender, constante universal en cualquier lugar del planeta, compartir, palabra clave para lograr el engranaje desde lo mínimo hasta lo macro, un proyecto que deja todas las enseñanzas, solamente para mejorar, para ellos y nosotros, un proyecto no solo para una comunidad sino para una región, un Chocó, una tierra que puede ser mejor de lo que ya es. Hoy veo una comunidad orgullosa de lo que son, con todas las capacidades de poner a prueba todo lo que aprendieron y además de seguir creciendo al lado de lo que tienen, su Cultura.
Una comunidad que queda en mi retina, una realidad que pude vivirla desde adentro, desde lo profundo de la selva, un proyecto que nace hoy, todos los que pudimos participar seamos mejores que ayer…”Arquitecto Leonardo Rodríguez, Residente de Obra.